Mauro Mayhua Ramírez
Colaborador en el área de bienestar del Hogar Clínica San Juan de Dios.
“A los que solo piensan en morir, yo les digo, que su familia y el, son más que una pierna o un brazo”
“Soy técnico en electricidad; normalmente trabajaba en torres de alta tensión. Ese día, estábamos haciendo un trabajo de emergencia. Terminé el trabajo y avise por radio que energizaran después de 10 minutos”, recuerda Mauro Mayhua.
¿Me podría contar cómo fue el accidente que sufrió?
Pedí 10 minutos para llegar a piso, en la central energizaron antes de tiempo y la electricidad me cogió. El cable me chocó en el muslo, Sentí que me quemaba por dentro, luego caí, pensé que todo había sido solo un susto, pero luego me di cuenta que mi pierna se había quemado por dentro. La descarga salió por mi talón.
¿Eso cuándo sucedió?
El 12 de agoto del 2001. Yo recuerdo hasta el momento en que vi en mi talón un hueco carbonizado, luego me desmayé y después desperté en el Loayza.
¿Y cuándo se enteró que iba perder la pierna?
Los doctores se me acercaron y me explicaron cual era mi estado, me dijeron que tenían que amputarme la pierna izquierda. Yo les suplique que hagan lo posible por salvarla. Ellos tuvieron mucha paciencia y me hicieron entender lo que era necesario para salvar mi vida y vivir con mi señora y mi hijita.
¿En su trabajo, este tipo de accidentes son muy frecuentes?
Si. Ya había visto accidentes y hasta muertes, pero uno nunca está preparado, menos cuando eres joven y tienes hijos.
¿Este accidente cambió su vida?
De todos modos, aunque ahora estoy mejor que al inicio de mi recuperación. Fue muy duro, estaba acostumbrado ha hacer deportes, jugar fulbito los domingos, jugar con mi hija.
¿La empresa en la que trabajaba lo ha indemnizado?
Si, también tengo un seguro de por vida, no es mucho, pero es un aporte para mi familia, además cubrió los gastos del hospital.
¿Usted aún trabaja en esa empresa?
Después de mi rehabilitación me dieron un trabajo en el área de sistemas, me capacitaron para ello y ahora tengo un trabajo, no me siento un inútil. No lo hubiera podido lograr sin la ayuda de las terapistas del hogar clínica San Juan de Dios.
¿Cuánto tiempo duró su rehabilitación en la clínica?
Casi dos años, y medio año después pude caminar con esta prótesis, las hacen en la clínica. Ahora solo voy una vez al mes para unos chequeos.
¿Desde cuándo realiza su labor como colaborador en la clínica?
Informalmente, desde que empecé a tomar conciencia del trabajo noble que se hace en la clínica y oficialmente hace dos años.
¿Usted trabaja también con niños?
No. Es muy duro trabajar con niños, ellos creen en todo lo que les dices, creo que con los pequeños trabajan mejor las especialistas mujeres.
¿Entonces prefiere trabajar con adultos?
Si, además porque la mayoría de ellos tienen casos parecidos al mió, se han accidentado. Les puede hablar con experiencia propia.
¿Y que le dice a alguien que es muy joven como usted y que ha perdido algún miembro?
Son casos diferentes y muy críticos, hasta hay hombres que quieren morir, a ellos les pregunto si su familia y el valen menos que una pierna o un brazo y aunque parezca mentira a veces bromeamos con nuestro problema, la sonrisa es la mejor terapia.
¿Con respecto a que suelen bromear?
Bromeamos sobre la prótesis de madera, con las terapistas que son muy guapas, sobre cosas que nos pasa en casa y hasta sobre la vida sexual de cada uno.
¿Y cómo ha cambiado su vida a raíz del accidente?
Tuve mucho apoyo de mi esposa. Ella ha estado siempre conmigo. Pero a mi hija le chocó. No quería ir al colegio, porque pensaba que se iban a burlar de ella. Le dije que ella no tenia porque sentirse mal ya hora lo toma a la broma. Dice que su papa es un robot y que es el único papa con pierna de fierro, el otro día me ha pedido que me ponga un brazo de fierro, ella cree que soy Robocob. Definitivamente ya lo superó.
Se podría decir que ha existido un Mauro antes del accidente y que existe otro después.
Si. Con cosas como estas cosas, uno aprende mucho, yo tuve la suerte de tener a toda la familia de mi lado y a unos médicos de primera, tenía todo para salir adelante, hubiera sido un tonto de no aprovecharlo. No es que agradezca este accidente, para nada pero ahora soy otro hombre, mi vida a dado un giro de 360 grados.
¿Que le debe usted a la clínica?
Le debo más que una rehabilitación, le debo mi recuperación anímica y física, el contacto con otros pacientes te ayuda a tomar conciencia. A mi me hacia falta una pierna, que ahora la reemplazo con una prótesis, hay pacientes que no tienen una sola de sus extremidades y tienen una vitalidad increíble. Eso es admirable.
“A los que solo piensan en morir, yo les digo, que su familia y el, son más que una pierna o un brazo”
“Soy técnico en electricidad; normalmente trabajaba en torres de alta tensión. Ese día, estábamos haciendo un trabajo de emergencia. Terminé el trabajo y avise por radio que energizaran después de 10 minutos”, recuerda Mauro Mayhua.
¿Me podría contar cómo fue el accidente que sufrió?
Pedí 10 minutos para llegar a piso, en la central energizaron antes de tiempo y la electricidad me cogió. El cable me chocó en el muslo, Sentí que me quemaba por dentro, luego caí, pensé que todo había sido solo un susto, pero luego me di cuenta que mi pierna se había quemado por dentro. La descarga salió por mi talón.
¿Eso cuándo sucedió?
El 12 de agoto del 2001. Yo recuerdo hasta el momento en que vi en mi talón un hueco carbonizado, luego me desmayé y después desperté en el Loayza.
¿Y cuándo se enteró que iba perder la pierna?
Los doctores se me acercaron y me explicaron cual era mi estado, me dijeron que tenían que amputarme la pierna izquierda. Yo les suplique que hagan lo posible por salvarla. Ellos tuvieron mucha paciencia y me hicieron entender lo que era necesario para salvar mi vida y vivir con mi señora y mi hijita.
¿En su trabajo, este tipo de accidentes son muy frecuentes?
Si. Ya había visto accidentes y hasta muertes, pero uno nunca está preparado, menos cuando eres joven y tienes hijos.
¿Este accidente cambió su vida?
De todos modos, aunque ahora estoy mejor que al inicio de mi recuperación. Fue muy duro, estaba acostumbrado ha hacer deportes, jugar fulbito los domingos, jugar con mi hija.
¿La empresa en la que trabajaba lo ha indemnizado?
Si, también tengo un seguro de por vida, no es mucho, pero es un aporte para mi familia, además cubrió los gastos del hospital.
¿Usted aún trabaja en esa empresa?
Después de mi rehabilitación me dieron un trabajo en el área de sistemas, me capacitaron para ello y ahora tengo un trabajo, no me siento un inútil. No lo hubiera podido lograr sin la ayuda de las terapistas del hogar clínica San Juan de Dios.
¿Cuánto tiempo duró su rehabilitación en la clínica?
Casi dos años, y medio año después pude caminar con esta prótesis, las hacen en la clínica. Ahora solo voy una vez al mes para unos chequeos.
¿Desde cuándo realiza su labor como colaborador en la clínica?
Informalmente, desde que empecé a tomar conciencia del trabajo noble que se hace en la clínica y oficialmente hace dos años.
¿Usted trabaja también con niños?
No. Es muy duro trabajar con niños, ellos creen en todo lo que les dices, creo que con los pequeños trabajan mejor las especialistas mujeres.
¿Entonces prefiere trabajar con adultos?
Si, además porque la mayoría de ellos tienen casos parecidos al mió, se han accidentado. Les puede hablar con experiencia propia.
¿Y que le dice a alguien que es muy joven como usted y que ha perdido algún miembro?
Son casos diferentes y muy críticos, hasta hay hombres que quieren morir, a ellos les pregunto si su familia y el valen menos que una pierna o un brazo y aunque parezca mentira a veces bromeamos con nuestro problema, la sonrisa es la mejor terapia.
¿Con respecto a que suelen bromear?
Bromeamos sobre la prótesis de madera, con las terapistas que son muy guapas, sobre cosas que nos pasa en casa y hasta sobre la vida sexual de cada uno.
¿Y cómo ha cambiado su vida a raíz del accidente?
Tuve mucho apoyo de mi esposa. Ella ha estado siempre conmigo. Pero a mi hija le chocó. No quería ir al colegio, porque pensaba que se iban a burlar de ella. Le dije que ella no tenia porque sentirse mal ya hora lo toma a la broma. Dice que su papa es un robot y que es el único papa con pierna de fierro, el otro día me ha pedido que me ponga un brazo de fierro, ella cree que soy Robocob. Definitivamente ya lo superó.
Se podría decir que ha existido un Mauro antes del accidente y que existe otro después.
Si. Con cosas como estas cosas, uno aprende mucho, yo tuve la suerte de tener a toda la familia de mi lado y a unos médicos de primera, tenía todo para salir adelante, hubiera sido un tonto de no aprovecharlo. No es que agradezca este accidente, para nada pero ahora soy otro hombre, mi vida a dado un giro de 360 grados.
¿Que le debe usted a la clínica?
Le debo más que una rehabilitación, le debo mi recuperación anímica y física, el contacto con otros pacientes te ayuda a tomar conciencia. A mi me hacia falta una pierna, que ahora la reemplazo con una prótesis, hay pacientes que no tienen una sola de sus extremidades y tienen una vitalidad increíble. Eso es admirable.
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